Por Eliso Silva
Febrero 2013
El semáforo estaba en rojo y la señal peatonal indicaba “PASE”. Eljoven cruzaba la calle. En ese momento el golpe fue estruendoso y eljoven se desplomo en el asfalto. El automóvil negro se dio a la fuga y su placa era REFICUL.
La oficina estaba vacía como un cementerio en la noche. Él era el primero en llegar. Vio su reloj y marcaba 10:00 a.m, era tarde para la reunión. San Ignacio se sentó en su silla al pie de la sala de reuniones.
- ¿Dónde están? -dijo.
En ese instante San José entró en la sala con cara de preocupación.
- San Onofre, San Juan y San Pancracio están saturados. Hubo un incremento de plegarias por los problemas carcelarios- dijo San José.
- ¡Eso es lo usual!, ¿y Martin de Porres? – dijo San Ignacio.
- Está atendiendo la solicitud especial del Jefe –dijo San José.
- ¿Algún avance de ese incidente? ¿Quién es el joven? –dijo San Ignacio.
- ¡Es secreto total!, no sabemos nada. El Jefe nos envió un mensaje:“Protéjanlo, sálvenlo. Él realizará cosas importantes en el futuro.” –dijo San José.
- ¿Tenemos alguna pista del culpable?- dijo San Ignacio.
- Tú sabes que el sospechoso siempre es el mismo. El joven fue atropellado por un automóvil de placa REFICUL – dijo San José.
- ¿REFICUL? ¡Se está burlando de nosotros! La palabra esta al revés. Léela hacia atrás. – dijo San Ignacio.
- ¡Lucifer! – exclamo San Juan.
